Cómo gestionar el duelo de un animal de compañía

Los animales de compañía forman parte de la vida de las personas y se convierten en un miembro más de la familia. En el caso de familias con hijos, el perro o el gato se convierte en el compañero de juego e, incluso, llega a disminuir el interés por los videojuegos. También, para algunas personas que viven solas, por ejemplo muchas personas mayores en España, su animal de compañía despierta una gran motivación para levantarse cada día y cumplir con sus necesidades y con las del animal a su cuidado.

En el análisis del vínculo entre personas y animales de compañía, desde Fundación Affinity demostramos que un 31% de los encuestados consideran que su animal de compañía es mucho más importante que cualquiera de sus amigos. El 75% de la población estudiada tiene un vínculo emocional muy intenso con su animal de compañía y es una fuente importante de apoyo emocional, sobre todo en situaciones difíciles. Como resultado de este fuerte vínculo, la pérdida de un animal de compañía tiene un gran impacto emocional y puede ser uno de las experiencias más difíciles para los miembros de la familia. Nuestros animales de compañía nos brindan amor y lealtad incondicional y, cuando tenemos que despedirnos, nos dejan un gran vacío.

El 80% de las personas supera el duelo de forma espontánea y al 20% restante les puede resultar más complicado e incluso necesitar ayuda. “Es natural sentir dolor cuando perdemos a un animal de compañía por el vínculo tan fuerte que se crea, y una de las claves para superarlo es expresar los sentimientos que tenemos y no reprimirlos por miedo a no ser comprendidos por nuestro entorno”, explica Isabel Buil directora de la Fundación Affinity.

Es natural sentir dolor cuando perdemos a un animal de compañía por el vínculo tan fuerte que se crea, y una de las claves para superarlo es expresar los sentimientos que tenemos y no reprimirlos por miedo a no ser comprendidos por nuestro entorno

Sobre el proceso de duelo de un animal de compañía

Actualmente todavía no es muy aceptado socialmente equiparar el dolor de la pérdida de un animal de compañía con la pérdida de un ser humano, sin embargo, se considera que las fases por las que atraviesa la persona en ese proceso de duelo, son muy similares. Cada vez hay más especialistas en España en procesos de duelo de animales de compañía, que realizan el acompañamiento a las personas que lo necesitan y los ayudan a reanudar a sus rutinas diarias.

El proceso de duelo al perder un animal de compañía puede variar según la persona y el vínculo. Una de las primeras reacciones puede ser asombro, dolor o negación; la persona también puede entrar en un estado de shock, sobre todo cuando la muerte llega por sorpresa. Este proceso puede ser largo, más aún cuando nuestra relación con el animal de compañía es estrecha y de muchos años. Con los niños, este proceso de duelo debe estar acompañado de la supervisión de los adultos, ya que ésta puede ser su primera experiencia con el significado de la muerte y la pérdida de un ser querido.

Las fases durante el proceso del duelo

En un proceso de duelo, la persona que lo está viviendo pasa por distintas fases:

  • Fase de negación o shock: Aparece cuando el animal padece una enfermedad terminal o fallece. Esta noticia puede desencadenar una reacción emocional de gran intensidad que la persona no sabe gestionar, produciendo así un bloqueo o shock psicológico.
  • Fase de ira o rebelión: Es el momento en el que ya no se puede seguir negando la realidad y somos incapaces de aceptar y asimilar la noticia. En este periodo aparecen sentimientos de impotencia y frustración que crean un profundo enfado.
  • Fase de negociación: A veces aparece después de la pérdida y es cuando mentalmente nos trasladamos al pasado y nos sentimos culpables con pensamientos como: “si hubiera hecho esto o aquello, no hubiera pasado nada”.
  • Fase de depresión: Empezamos a aceptar la realidad de la pérdida, lo que nos hace sentir una gran tristeza, incertidumbre y miedo.
  • Fase de aceptación: En el momento en el que aceptamos que nuestro animal ya no está, el dolor va desapareciendo y encontramos nuevas maneras de vivir con su recuerdo. Esto no implica que lo hayamos olvidado, sino que aceptamos su pérdida como un proceso natural de la vida y aprendemos de la experiencia.

Es importante guardar un buen recuerdo de nuestro animal de compañía y, cuando estemos listos para abrirle las puertas de nuestro hogar a otro nuevo animal, recuerda que éste no lo reemplazará, sino que establecerá un nuevo vínculo emocional con nosotros y los miembros de nuestra familia. “Muchas personas tienden a adoptar a otro perro o gato en pleno proceso de duelo agudo con la intención de aliviar este dolor, pero no es una buena idea. Lo recomendable sería esperar a que se haya elaborado por completo este proceso antes de incorporar a un nuevo miembro al hogar. En cualquier caso, es importante que la familia en conjunto tome la decisión, pues no todos sus miembros pueden encontrarse en el mismo momento de evolución del duelo”, asegura Jaume Fatjó. Director de la Cátedra Fundación Affinity Animales y Salud de la UAB.

Muchas personas tienden a adoptar a otro perro o gato en pleno proceso de duelo agudo con la intención de aliviar este dolor, pero no es una buena idea.

El proyecto Vetbonds ofrece a las familias consejos y recursos informativos sobre cómo gestionar de manera adecuada la pérdida del animal de compañía, conócelo.

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