El Alzhéimer de los gatos

Gatos negros, falsos mitos y creencias

No solo los humanos pueden padecer alzhéimer, también los animales, como los gatos y los perros. En el caso de los felinos les puede afectar cuando superan los 11 años de edad. Aquí encontrarás algunos consejos para saber si tu gato tiene alzhéimer y qué medidas debes tomar en ese caso.

Mejores condiciones de vida, buenos cuidados veterinarios y una alimentación de calidad son el motivo por el cual hoy en día muchos gatos alcanzan la edad avanzada. Sin embargo, la mayor longevidad va acompañada de problemas que resultaban casi desconocidos en el pasado, y uno de ellos es el número cada vez más alto de gatos que padecen demencia senil.

De hecho, el alzhéimer no es exclusivo de las personas. También pueden padecerlo los gatos de edad avanzada, normalmente, a partir de los 11 años. Perderse en lugares que conoce, deambular por casa con mirada ausente, empezar a tener problemas con la bandeja sanitaria, perder el interés por la comida, maullar sin parar o volverse agresivo sin sentido. Si detectamos estos cambios de personalidad en un gato mayor podrían estar revelándonos que padece demencia senil.

Su nombre técnico es Síndrome de Disfunción Cognitiva, pero se le conoce más como el alzhéimer de los gatos y es el responsable de los cambios muy marcados que pueden aparecer en el comportamiento y en las capacidades cognitivas de algunos felinos en edad avanzada. Detrás de este síndrome está un intenso proceso de degeneración del sistema nervioso central, que no tiene nada que ver con el deterioro cognitivo normal que experimentan muchos gatos en el proceso de envejecimiento.

¿Cuáles son los síntomas más habituales?

Los signos más comunes de que se padece este síndrome son la micción y la defecación fuera de la bandeja, las alteraciones de las interacciones del gato con la familia como ejemplo, un aumento de la búsqueda de atención o un incremento de la agresividad, y las vocalizaciones excesivas, que en muchos casos se concentran por la noche.

Sin embargo, los gatos con demencia senil también pueden presentar alteraciones del ciclo vigilia-sueño y, por lo tanto, dormir más de día y estar despiertos por la noche, desorientarse dentro de casa, deambular sin un objetivo claro o volverse menos activos, quedarse bloqueado detrás de un objeto sin saber cómo rodearlo, olvidar rutinas y ejercicios conocidos y tener dificultad a la hora de asimilar los cambios y aprender cosas nuevas. Así como mostrar menos interés para la comida, disminuir el acicalado del pelo, mostrarse más irritables o ansiosos de lo habitual, y responder en menor medida hacia los estímulos ambientales.

Pero no todos los gatos afectados muestran todos estos síntomas sino que cada uno expresa su propio conjuntos de alteraciones del comportamiento, que van empeorando con el tiempo.

Este problema suele afectar a los gatos que tienen más de 11 años, y a medida que la edad aumenta hay más riesgo de que el gato lo desarrolle. De hecho, se estima que casi la mitad de los gatos de más de 15 años muestran como mínimo una alteración del comportamiento relacionada con la disfunción cognitiva.


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¿Cómo establecer un diagnóstico fiable?

Muchos de los cambios de comportamiento que se pueden observar en un gato con disfunción cognitiva también pueden depender de otras causas médicas frecuentes en los gatos de edad avanzada. Por ejemplo, artrosis, hipertensión, problemas hormonales como hipertiroidismo o diabetes, problemas renales crónicos, disminución de la vista y/o del oído, infecciones, problemas dentales o gastrointestinales, dolor, entre otros.

Además, las alteraciones del comportamiento del gato también pueden depender de problemas de comportamiento ajenos al envejecimiento, y que a lo mejor ya existían con menor intensidad cuando el gato era más joven.

Debido a la gran cantidad de explicaciones que podría haber detrás de las alteraciones de conducta de un gato mayor, antes de diagnosticar un síndrome de disfunción cognitiva es fundamental descartar todas las otras posibilidades con la ayuda del veterinario.

¿Qué medidas adoptar en caso que tu gato tenga el Síndrome de Disfunción Cognitiva?

Una vez diagnosticada, la disfunción cognitiva no se cura. Sin embargo, un plan de tratamiento adecuado permite paliar sus síntomas y lentificar la evolución del proceso degenerativo. Seguir algunas pautas para gestionar el ambiente como, por ejemplo, facilitar el acceso a sus recursos, realizar algunos cambios en la dieta del gato y administrar algunos fármacos y nutracéuticos puede ser de gran ayuda para mejorar la calidad de vida del gato y aliviar la preocupación de su propietario.

Tips. Cuando un gato padece disfunción cognitiva es aconsejable reducir al mínimo los cambios en el ambiente, evitar mover de sitio el comedero o la bandeja sanitaria, y si son cambios necesarios se deberían realizar de una forma muy gradual. Debido a su dificultad de adaptación a las novedades, las modificaciones en el ambiente pueden generar en el gato frustración o ansiedad y agravar los signos de disfunción cognitiva.

A pesar de ser simples medidas paliativas, estas opciones terapéuticas pueden disminuir el avance del curso de la enfermedad y tienen mejores resultados cuando el problema se diagnostica en su fase inicial. Así que es muy importante que un propietario de un gato sénior que detecte un cambio en el comportamiento de su mascota consulte a su veterinario lo antes posible.

E incluso si un gato en edad avanzada no ha mostrado ninguna alteración en su comportamiento es importante tener en cuenta que una dieta rica en antioxidantes junto con la activación mental conseguida mediante juguetes, juegos de caza, un ambiente estimulante y las interacciones con su propietario, puede ser de ayuda para mantenerlo en buenas condiciones.

Bibliografía

GUNN-MOORE, MOFFAT, CHRISTIE, HEAD, 2007. Cognitive dysfunction and the neurobiology of ageing in cats. Journal of Small Animal Practice 48, 546–553.