¡Yo tengo 5 gatos y soy feliz!
Sin duda algunos son los mejores compañeros que podemos tener en nuestra vida.
Me salvaron la vida y hoy en día sigo adelante gracias a cada uno de ellos.
¡Muchas gracias! ¡La vida con perros es siempre mejor! ¡Un placer, siempre lo haría todo por ellos!
Gracias, Fiona.
Para honrar su memoria, voy a contar la historia del amor de mi vida. Amor que un tumor maligno me arrebató hace dos meses, con siete años recién cumplidos. Se llamaba Sasuke. Y llegó a mí en un momento terrible de mi vida; me tuvo miedo al principio, pero poco a poco nos hicimos amigos. Cuando entré en depresión Sasuke estuvo conmigo. Cuando todo el mundo me falló, él se quedó a mi lado. Cuando las migrañas me atacaban, se encargaba de poner silencio entre sus hermanos para que mi dolor no fuera a más. Sasuke evitó que me quitase la vida hasta en dos ocasiones, y aún estando enfermo, no dejaba de cuidarme pese a que era yo quien insistía en cuidarle a él. Venía corriendo detrás de mí, no importaba a dónde, si era la cocina, la ducha, a estudiar o a jugar. Era fanático de Skyrim, de hecho para llamarlo había que silbarle el tema principal, podías probar con otro pero no funcionaba. No era un gato normal y marzo fue un mes dificilísimo: primero enfermó de repente, y estuvieron haciéndole pruebas sin saber lo que tenía. El TAC mostró un tumor más grande que su pecho que le comprimía las venas. No quería irse, no quería abandonarme, no le dolía, ni siquiera entendía lo que le ocurría. Su cuerpo dejaba de obedecerle, iba a comer o beber. No se mantenía a penas de pie. Y despedirme de él fue lo más difícil que he hecho en mi vida. Mi compañero, mi amigo, lo que más amaba en el mundo, dejó de estar. No creo que lo supere jamás, porque para Sasuke, yo era el mejor lugar del mundo en el que estar. Pero conviene recordar que si hoy estoy escribiendo esto, es porque él me salvó y lo hizo posible. Esté donde esté mi campeón, espero que la vida nos dé una segunda oportunidad. Sus hermanos también lo echan de menos.
Yo tengo que decir que cuando Sasha llegó a mi vida, llevaba 9 años con depresión con 2 intentos de suicidio. Me acosté un día cuando salí del trabajo, que era mi pasión, era cocinera, y los amigos desaparecieron y mi mundo era estar en la cama, o si salía, que mi pareja me empujara. Cuando intenté por tercera vez suicidarme, mi madre me la trajo, tenía 5 meses solo, era para que me animara. Y sí, me animó mucho, me recordaba que tenía que tomarme la medicación y no comía si no lo hacía yo, y si yo no me movía de la cama, ella tampoco. Siempre estaba encima de mí y poco a poco me fui levantando para que ella se moviera y empecé a salir a la calle para que hiciera sus cosas. Luego, cuando me regalaron la silla eléctrica, ya era raro verme en casa. Salía a todo como cualquier ama de casa y con el tiempo hasta estudié, y no voy a parar. Bueno, solo cuando tengo un día malo y Sasha me cuida y no deja que nadie me moleste. Mi salvadora, mi cuidadora. Vino para estar unos días y se quedó para siempre. Es Un Bóxer Francés de morro largo.
Mi chica nació justo el mes que nos confinaron... Se ha vuelto una perrita antisocial... Ahora tiene problemas de comportamiento, pero estoy intentando educarla y hacer que sea sociable. Ella se lo merece todo, hizo de mi confinamiento un no parar: pipí, cacas, y destrozos por todas partes, pero también miradas, juegos, compañía, y amor, que merecen la pena sin duda. Por mil cosas malas que me haga pasar, unas pocas buenas lo compensan todo. #amoamiperra
¡Son incondicionales! Mi Odie, Duffy y Husky son los mejores.
¡Puro amor incondicional!
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