#SiNoFueraPorMiGata no hubiera salido de una depresión en la que estuve buscando la manera de no seguir viviendo.
Nunca me habían gustado mucho los gatos, pero un día, en el pueblo, entró una rata, y una gata me protegió. Desde entonces vive conmigo y he ido adoptando a más. Son el amor más puro que he conocido.
Es increíble lo qué puede hacer un gato por una persona en un momento determinado de su vida. Lo que me cuenten de un gato puede ser mentira o exagerado, pero me lo creo todo. Conocen perfectamente el estado de ánimo de su compañero humano. Lo mismo juegan y trepan a un árbol que se acurrucan a tu lado. Su mirada fija en uno da ganas de llorar, o reír, de todo un poco. Los gatos son tan importantes en la vida de uno como los perros. La diferencia es que un gato manda mucho. Pero son un amor.
Siempre me ha dado miedo que le pase algo a mi gata y me da pánico pensar que algún día la perderé para siempre. Pero tenemos que tratar de no tener ese pensamiento, porque, si no, nos entra una agonía que nos impide disfrutar de ella cada día y darle lo mejor de nosotros.
Mi Luna tiene ya 15 años y medio, y me entristece solo pensar que puede que se vaya pronto.
¿Cuándo se implantará una educación desde las escuelas que enseñe que los animales están en este mundo para que los respetemos y que no son de usar y tirar? Seguro que llegará ese día. De momento, no dejemos de manifestarnos pacíficamente. Campañas de difusión y Ley de Protección.
Cuando llegó la enfermedad todos desaparecieron, excepto mis gatos y mi hija. Amor de verdad y sin condición.
Yo tengo una gatita preciosa. Se llama Blanca. Es de pelo corto y blanco, y con unos ojos preciosos. Nos cuida a todos. Nadie puede imaginar lo que la queremos. Es sorda de nacimiento y por eso jamás ha pisado la calle ni ha visto ningún otro gato. La tenemos en el piso por su propia seguridad, pero, aun así, es listísima.
El amor de los animales es incondicional, sobre todo si es tu mascota. Daría por ti la vida sin dudarlo y eso poca gente lo hace. Ojalá podamos aprender más de los animales, ya que con poco son felices, no son rencorosos, ni tienen maldad. Sin duda alguna es una lección para nosotros, ya que somos la única especie que se extermina a sí misma solo por envidias o simplemente por tener distintas opiniones. Ya sé que este comentario no va a cambiar el mundo, ni mucho menos, pero es la cruda realidad. Somos tan extremadamente inocentes que no vemos lo malo hasta que lo tenemos encima. No nos merecemos lo que tenemos. Aprendamos de los animales que, aunque sean menos inteligentes, son más puros de corazón.
Durante el confinamiento perdí a la compañera de mi vida en menos de cinco minutos. Mi madre se fue al cielo por un infarto. A mí, me operaron de urgencia por un tumor de pecho. Y justo al terminar el confinamiento, me echaron de mi hogar, porque que el dueño había vendido el edificio. Mi Kira, escudera y fiel amiga, siempre estuvo a mi lado. Pasé días sin comer, enfermé de pena y muchos días solo ella lograba que saliera a la calle. No se apartó de mi lado ni un momento. ¿Cómo es posible que alguien sea capaz de dañarlos de ningún modo? Quien lo haga no merece que se le llame "ser humano".
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