Tras la muerte de mi madre, yo estaba desquiciada, perdida y confusa. Ahí estuvo mi gatita, con las cosas claras, diciéndome "vale, ahora estamos solas, aquí estamos". No se separó de mí en toda la noche. En los días siguientes se equilibró conmigo y guardamos luto juntas. Se fue, 19 años tenía. Lady.