Limitaciones de las Terapias Asistidas con Animales

Limitaciones terapias asistidas con animales

En los últimos años, y cada vez con más frecuencia, las Terapias Asistidas con Animales (TAA) se consideran un camino terapéutico innovador para mejorar la calidad de vida de diversos colectivos y pacientes en diferentes contextos clínicos. Como resultado de las actividades desarrolladas en estas terapias se puede ver que el trabajo con animales tiene como resultado una mejora en las funciones físicas, cognitivas, emocionales y relacionales. Los beneficios de las Terapias Asistidas con Animales son científicamente demostrables y la Fundación Affinity tiene como objetivo medir y verificar el efecto de sus distintos programas, pero también es importante entender que las TAA tienen algunas barreras que limitan su aplicación.

Limitaciones de las TAA cuando no es posible establecer el vínculo entre el paciente y los animales

Cuando los pacientes no quieren o no pueden generar un vínculo con los animales, las TAA no pueden alcanzar los objetivos de mejorar sus vidas o los resultados no pueden medirse correctamente. En el caso de niños o adultos que tienen miedo a los perros, porque han tenido anteriormente experiencias negativas, es muy difícil que logren un vínculo con el animal. Antes de realizar el primer contacto entre el perro y la persona, el terapeuta debe conocer sus experiencias previas con los animales y debe intentar disminuir gradualmente el miedo que pueda tener el niño o el adulto. El terapeuta puede intentar mostrarle al paciente cómo se comporta el animal y hacerle entender que no todos los animales son violentos y que los perros de terapias, especialmente, están entrenados para ayudarle y no tienen ningún trazo de agresividad. Las fobias y los miedos se pueden trabajar en una terapia específica, con actividades planteadas con este objetivo.

Lo mismo sucede en el caso de personas con alergias a los animales, pues el terapeuta debe verificar si el contacto con el animal es seguro para él. En caso de que la salud del paciente esté en riesgo debe ser excluido de la terapia o evitar actividades en las que tenga relación muy cercana con el animal. De una manera u otra, las posibilidades de generar un vínculo con el animal se reducen y no es posible medir con certeza la efectividad que pueda tener la TAA en personas con alergias a los animales.

En el caso de personas mayores con un nivel avanzado de demencia, la interacción con los animales puede ser mínima. El terapeuta puede ubicar al perro al lado o encima de sus piernas y proporcionarle un contacto que lo puede tranquilizar. En algunos casos puede ser muy difícil captar su atención y lograr resultados positivos visibles. Además, si el nivel de demencia es muy avanzado, la persona no puede expresar sus sentimientos con facilidad y es muy difícil tener una certeza clara sobre la efectividad de las TAA a nivel emocional, pues la medición observacional de los resultados no puede realizarse. En estos casos, los terapeutas guían los resultados de la terapia con una medición objetiva como, por ejemplo, la escala de apatía e irritabilidad o se guían por los comentarios que aporten sus enfermeros o familiares, pero no tienen el mapa completo de los beneficios de la terapia en el paciente con demencia avanzada.

Limitaciones de las TAA por normativas de sanidad

En países como Estados Unidos o Canadá, ya está comprobado que el acceso de animales de compañía está lejos de causar dificultades por la presencia de bacterias y que, por el contrario, ayuda a que las personas internas en el hospital se mejoren mucho más rápido. En algunos países como España, en cambio, no existe todavía un protocolo a nivel nacional para permitir el acceso de animales a los hospitales, existe, por ejemplo, un protocolo a nivel local en Valencia, Elche, Ibiza e Icoval; sólo algunos centros médicos, como el Hospital Gregorio Marañón en Madrid y el Hospital La Fe en Valencia, han decidido incorporar a los perros como parte del tratamiento de sus pacientes.

Esta es una gran barrera en la implementación de las TAA en España, porque sólo unos centros hospitalarios han decidido probarlas en escenarios clínicos específicos como personas con cáncer, unidades de psiquiatría y geriatría, y aunque han comprobado que los animales pueden aumentar las endorfinas, mejorar el estado de ánimo del paciente y ayudarlo física y psicológicamente, es necesario ampliar el campo de acción a muchos más centros hospitalarios para los animales puedan ayudar a mejorar la vida de las personas.

Aún con estas limitaciones, existe evidencia científica de los beneficios que aportan las TAA y un gran número de profesionales y especialistas de la salud están de acuerdo en que pueden complementar a otras terapias psicológicas o tratamientos médicos de carácter convencional. En la Fundación Affinity intentamos día a día superar todas estas barreras para demostrar la efectividad de las Terapias Asistidas con animales en la salud de las personas, aquí puedes conocer algunas de nuestras historias de animales que curan: https://www.fundacion-affinity.org/animalesquecuran/.


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