Un rascador de fábula para gatos
Rascar con las uñas es una verdadera necesidad para los gatos. Gracias a esta conducta el gato mantiene las uñas en perfectas condiciones, estira la musculatura sobre todo al despertarse (Houpt, 2005a) y marca el territorio. Con las glándulas que tiene entre los dedos, el gato deposita unas marcas olfativas, a la vez que con las uñas deja unas rayas verticales como señal visual (Landsberg et al., 2003).
Dejar estas marcas tranquiliza al gato, tanto que en situaciones de estrés, como en mudanzas o conflictos con otros animales de la casa, el gato puede intensificar el marcaje mediante rascado, además de poder recurrir a otros tipos de marcaje, como el marcaje con orina o el marcaje facial. Si hay otros gatos en casa o en el vecindario, el rascado desempeña una importante función social y el gato lo utiliza para comunicar su presencia a los demás.
Al ser una conducta necesaria para el bienestar del animal es importante poner a disposición del gato rascadores, que den una salida adecuada a esta conducta natural. De no hacerlo, el gato acabará rascando los muebles de la casa y a menudo su elección recaerá en sofás, cestas, sillas de mimbre y alfombras. Además una vez que el gato empiece a rascar una determinada superficie tiende a volver día tras día al mismo lugar.
Ahora bien, ¿cuáles son las características que deber í a reunir un rascador irresistible? El mercado ofrece una amplia variedad de rascadores pero no tienen todos la misma eficacia. A continuación, encontrarás cuáles son los aspectos importantes de los rascadores.
Orientación
Entre los horizontales y los verticales, la mayoría de gatos prefieren estos últimos, posiblemente porque se parecen más a los troncos de los árboles, que los gatos que viven en libertad suelen rascar. Sin embargo, las preferencias individuales pueden variar y la mejor orientación del rascador es la que le gusta a tu gato.
Altura
Un rascador debería ser suficientemente alto para que el gato pueda estirar totalmente las patas delanteras. El tamaño del gato es fundamental para escoger el rascador ideal, pero mejor equivocarse por exceso que por defecto: as í que mejor un rascador de 70-90 cm que de 30-40 cm. Si en lugar de un rascador, se trata de un panel de rascado fijado a la pared, hay que fijarlo a la altura adecuada.
Material
Tejido, moqueta, madera, cartón, cuerda, etc. El material del rascador debería reflejar las preferencias del gato y los objetos que el gato, de su iniciativa, haya escogido para afilarse las uñas pueden darte algunas pistas. Además los gatos a menudo tienen predilección para rascar superficies que tengan fibras orientadas en dirección vertical, como las paredes recubiertas de papel rugoso con rayas verticales o los muebles tapizados con telas a estrías verticales.
Estabilidad
El rascador no se debe mover cuando el gato lo utiliza o el gato lo rechazará, así que antes de comprarlo es mejor comprobar que sea estable y que tenga una base sólida. En algunos casos podrás incluso mejorar su estabilidad anclándolo al suelo o a otra superficie.
Ubicación
Los lugares idóneos donde colocar un rascador son cerca de donde el gato duerme (Schroll, 2002), en los lugares utilizados durante el día, cerca de las esquinas de muebles prominentes como un sofá y de los lugares inadecuados donde el gato se afila las uñas habitualmente (Herron y Buffington, 2010). Además, tener más rascadores distribuidos en diferentes puntos de la casa es mejor que tener uno solo.
Una vez el gato se haya afilado las uñas en el rascador algunas veces empezará a utilizar el rascador de forma habitual. Ahora bien, para conseguir que lo utilice por primera vez puedes intentar atraer su atención hacia el rascador jugando con una caña o una pluma o rociándolo con un espray de nébeda o catnip (Nepeta cataria).
Algunos gatos empiezan a utilizar el rascador después de observar que otros gatos lo utilizan o incluso que el propietario hace ruidos de rascado al pasar sus dedos encima de la superficie del rascador. Lo importante es que nunca pulverices el espray de feromonas faciales de gato encima del nuevo rascador, ya que los gatos no rascan donde detectan la presencia de feromonas faciales.
Referencias bibliográficas:
- Herron, M.E., Buffington, T.C.A., 2010. Environmental enrichment for indoor cats. Compendium: Continuing Education for Veterinarians 32(12), E1-E5
- Houpt, K.A., 2005. Communication. In: Houpt, KA., editor. Domestic Animal Behavior. 4th ed. Blackwell, pp. 21-30.
- Landsberg, G.M., Hunthausen, W., Ackerman, L., 2003. Handbook of Behavior Problems of the Dog and Cat. 2nd ed. Elsevier.
- Schroll, S., 2002. Environmental enrichment for indoor cats as prevention and therapy-practical advice for quality of life. In: Proceedings of the Companion Animal Behaviour Therapy Study Group, April 3, Birmingham, UK, pp. 43–45.