¿Por qué mi gato necesita un transportín?
A pesar de que muchos gatos pueden tener malos recuerdos asociados al transportín, se trata de una de las pertenencias más importantes de un gato, junto con su comedero, bebedero, juguetes, rascadores, bandejas de eliminación, etc.
De hecho, es su zona protegida y familiar cuando el gato se encuentra fuera de su territorio y sirve para trasladarlo de manera segura tanto si hay que llevarlo al veterinario como si nos vamos de vacaciones.
La razón es que cuando el gato sale de casa nunca es buena idea llevarlo en brazos sin ponerlo en un transportín, ni siquiera si está en un espacio cerrado como en el interior de un coche. En estos casos es posible que el gato se asuste con lo que puede ver en la calle o dentro del coche, e intente huir o esconderse. Por lo que estas situaciones pueden derivar en que el gato acabe metiéndose en líos simplemente por qué no se ha tomado la precaución de ponerlo en el transportín.
Además este habitáculo está íntimamente ligado a la salud y al bienestar del gato. La relación es evidente si se piensa que muchos propietarios deciden posponer o evitar las visitas al veterinario por lo mal que lo pasa el gato en el transportín. Pero lo que no tienen en cuenta es que al no acudir a sus visitas de rutina al veterinario, el gato tiene menos posibilidades de recibir un diagnóstico precoz en el caso desarrollar alguna patología, con lo cual se reducen también sus posibilidades de mejora y recuperación.
Así que lejos de ser el enemigo número uno de los gatos, el transportín debería ser su mejor aliado. Te invitamos a leer los artículos, cómo elegir el transportín adecuado y cómo crear un buen recuerdo en él para que tu gato no escape nada más verlo. De hecho, al final del entrenamiento podría incluso buscarlo para ir a echarse un pequeña siesta.