Enseña a tu mascota
El comportamiento de cualquier animal se conforma a partir de la combinación de sus instintos heredados y del ambiente que lo rodea; concretamente, de lo que aprenda de su madre y de su educación. A la hora de educar a un cachorro o a un perro adulto, es muy importante tener en cuenta algunos aspectos de su comportamiento instintivo.
El juego
Los cachorros juegan la mayor parte del tiempo, cuando están despiertos y no están explorando su entorno. Los cachorros juegan solos, mordisqueando pelotas o juguetes. Es importante, tanto para el comportamiento del cachorro como para crear lazos de unión, jugar con él de vez en cuando. Los cachorros y los perros adultos nos indican que quieren jugar cuando usan su peculiar “saludo de juegos”, inclinándose sobre sus patas delanteras y alzando la vista hacia nosotros.
A los cachorros les gusta jugar de muchas maneras, pero los juegos más habituales son lanzarles una pelota y hacer que vayan a buscarla, tirar de algún juguete o hacer que den vueltas sobre sí mismos.
Recompensas
La mejor manera de educar a un perro y de modificar su comportamiento es premiándole cuando haga lo que le pedimos; esto funciona mejor que el castigo, que además crea asociaciones negativas a la hora de crear lazos afectivos. La comida es el mejor premio, y podemos utilizar golosinas para perros cuando el animal ha hecho lo que le hemos pedido. No obstante, no debemos abusar de la comida, ya que los cuidados que proporcionemos al cachorro o al perro son igualmente gratificantes para ellos, dada su sociabilidad.
Sumisión y dominancia
Cualquier animal gregario necesita conocer su posición dentro del estamento social o de su “manada”, por ejemplo en casa. El perro intentará elevar su rango, pero es muy importante que esté lo suficientemente disciplinado para que se someta cuando sea necesario y para que lo controlemos totalmente. Esto no merma la personalidad de un perro y es una parte normal de la jerarquía social de estos animales.