Los niños necesitan animales de compañía
Dieter Krowatschek, psicólogo infantil y escolar en Marburgo (Alemania), es el autor de Los niños necesitan animales de compañía, una obra dirigida a padres y educadores. Avalado por su experiencia profesional, Krowatschek ha querido compartir con ellos las conclusiones a las que ha llegado sobre el importante papel que los animales de compañía pueden tener en el desarrollo de los niños. Los más pequeños disfrutan con los animales de compañía, sobre todo con los perros, y consiguen establecer con ellos una relación duradera y positiva, un vínculo basado en el afecto, que les resulta de gran ayuda a la hora de cultivar su relación con los demás.
“Los animales de compañía, como se sienten siempre atraídos por los cachorros, se integran sin dificultad en las familias con niños.”
Los niños y los animales de compañía comparten muchas cosas –su sencillez, sus ganas de jugar y de sentirse protegidos, su amor incondicional, etc. – y ello hace que sea fácil que entre ellos se establezcan fuertes lazos afectivos. Además, los animales de compañía se integran sin dificultad en las familias con niños, y como se sienten siempre atraídos por los cachorros, incluso por los humanos, el éxito de esa relación está asegurado.
El autor señala que sorprende la capacidad de los animales de compañía para entender a los niños y captar sus estados emocionales; los niños y sus mascotas acaban convirtiéndose en los mejores amigos.
Más que un compañero de juego
«Hace varios años que trato a niños con problemas de atención y de conducta. Muchos de ellos son propensos a mostrar una conducta agresiva. A menudo presentan trastornos psicológicos, pierden fácilmente los estribos y me hacen –a mí pero también a ellos mismos– la vida imposible. Hace ya cierto tiempo que llevo conmigo a la isla a mi perra Fly, una Border Collie. Ella me ha demostrado fehacientemente lo importantes que son los animales para el desarrollo social y emocional de un niño», comenta Krowatschek en un pasaje del libro.
La oportunidad de este libro en este momento de nuestra historia es innegable. Así, en estos inicios del siglo XXI en el que los padres suelen cumplir largas jornadas laborales y no pueden estar con sus hijos todo lo que quisieran, los animales de compañía son una presencia viva y cálida que ayudará a los niños y a los adolescentes a hacerles sentir menos solos mientras sus padres no están en casa. Además, según Krowatschek, también ayudan a contrarrestar la influencia de entretenimientos solitarios como los videojuegos o el ordenador, con los que los pequeños de la casa corren el peligro de aislarse demasiado. Como afirma el autor de Los niños necesitan animales de compañía: «Los animales ayudan a desarrollar la responsabilidad y la autonomía, y se comportan de manera equilibrada, sensible, alegre, atenta y cariñosa. Es imposible pasar por alto una influencia tan positiva».