¿Cómo entrenar un perro de terapias?
Antes de entrenar a un perro de terapias debemos hacer una buena elección. Deben ser ejemplares fiables, equilibrados, que posean un comportamiento predecible, que sean controlables (con una buena obediencia), que resulten adecuados para una determinada tarea y que tengan capacidad de inspirar confianza.
También es importante recalcar que siempre adiestraremos a un perro de terapias de manera positiva, lo que significa reforzar o premiar cada vez que el perro haga algo que nos parezca bien o cuando deje de hacer algo que no está bien.
Una vez tengamos el perro adecuado empezaremos un adiestramiento de Obediencia básica, para ir incorporando habilidades propias de un perro de terapia. Se considera Obediencia Básica a aquellos comandos que nos dan control sobre el animal como es: sienta, tumba, quieto, en pie y junto entre otros.
A modo de ejemplo estos son algunos de los ejercicios que requiere un perro de terapia:
- Apoyar la cabeza en el regazo del usuario
- Recoger un objeto y dejarlo en la mano de un usuario o guía
- Llevar un objeto de un usuario a otro
- Golpear con la nariz al usuario
- Pasar por debajo de la piernas (puente)
- Pasar por debajo de las piernas mientras se anda
- Subir al regazo
- Aprender a tomar premios a la orden
- Besar a la orden
- Ladrar a la orden
- Pasar a través de aros (saltando)
- Sentarse dentro del aro y dejar sacarse el aro
- Colocar al perro tumbado al lado del usuario
- Colocar al perro encima de un usuario tumbado
- Saludo (pata, give me five)
- Beg (pedir)
- Tug & Play (tira y afloja)
- Mantenerse quieto y relajado encima de una mesa (peinar, colocar pañuelos, correas…)
- Muerto
Mientras dura el período de adiestramiento iremos exponiendo al perro al mayor número posible de estímulos como pueden ser: sillas de ruedas, personas con uniformes, todo tipo de ruidos, festivales, etc.
Después de entrenar al perro y para garantizar que disfruta de su participación en las Intervenciones Asistidas por Animales de Compañía (IAA) además de asegurarse su bienestar, lo mejor es introducir el perro, de manera gradual y paulatina, a diferentes tipos de sesiones y grupos de usuarios.
Es muy posible que el perro se sienta más cómodo en un tipo de situación y colectivo que otro. Pero, sobre todo, hay que garantizar su seguridad y mantenerlo feliz mientras que esté colaborando con nosotros. Un perro bien entrenado y confiado disfrutará de su trabajo junto a su guía por un largo tiempo y evitaremos problemas de estrés.