Los beneficios de convivir con animales
La relación entre los humanos y sus animales de compañía, especialmente perros y gatos, ha evolucionado hasta el punto de considerarlos un miembro más de la familia. A lo largo de las últimas décadas, ha crecido el número de hogares que incluyen a estos animales, lo que plantea la pregunta: ¿qué es lo que hace tan especial la compañía de un perro o un gato?
Diversos estudios científicos han intentado responder a esta pregunta durante los últimos 50 años, analizando el vínculo entre humanos y animales desde perspectivas como la psicología, sociología y biología. Hoy en día, los medios de comunicación suelen mencionar los beneficios de este vínculo, que ya no es visto como un fenómeno reciente o marginal, sino como un aspecto relevante en la vida de muchas personas.
Una cuestión de química
Uno de los descubrimientos más importantes es cómo la interacción con los animales afecta nuestro cerebro. Simplemente al mirar a nuestro perro o gato, se desencadenan respuestas neuroquímicas que generan bienestar. La liberación de oxitocina, una hormona relacionada con la creación de vínculos sociales, es una de las principales responsables de esta sensación. Otros químicos como la dopamina y las endorfinas, que activan los centros del placer, también juegan un papel fundamental. Esta combinación hace que interactuar con nuestro perro o gato sea relajante y beneficioso, tanto física como mentalmente. El profesor Aubrey Fine, de la Universidad Estatal Politécnica de California, compara este efecto con el de un "SPA biológico" que nos ayuda a sentirnos mejor.
Además de la química cerebral, la apariencia y el comportamiento de perros y gatos, especialmente en algunas razas, juegan un papel importante en nuestra atracción hacia ellos. Sus rasgos faciales y su actitud juguetona activan nuestros instintos de cuidado, lo que facilita una conexión emocional. Según los profesores Evan MacLean y Brian Hare de la Universidad de Duke, los perros están "diseñados" para activar los mecanismos de vinculación afectiva que los humanos utilizamos entre nosotros.
Un vínculo de hace miles de años, con beneficios físicos y emocionales
Este vínculo no es un fenómeno reciente. La domesticación ha fortalecido la conexión entre humanos y animales, con evidencias arqueológicas que muestran que los humanos comenzaron a convivir con perros hace aproximadamente 30.000 años, y con gatos hace unos 12.000 años. Estos vínculos emocionales con los animales han sido universales a lo largo del tiempo y en diversas culturas.
Convivir con animales no solo genera una conexión emocional, sino que también ofrece beneficios tangibles para nuestra salud. Varios estudios han demostrado que su compañía puede mejorar la salud física y mental. Por ejemplo, investigaciones pioneras han relacionado la convivencia con animales con una menor presión sanguínea, menor depresión y una mayor sociabilidad. También se ha observado que las personas que viven con animales tienden a necesitar menos visitas al médico, lo que sugiere una mejora en su bienestar general.
Más allá de los beneficios físicos, nuestros animales de compañía nos dan apoyo social, que es esencial para el bienestar emocional. Siempre están presentes, ofreciendo cercanía emocional y contacto físico, lo que los convierte en una fuente valiosa de apoyo. Este apoyo es particularmente importante en momentos de estrés o cuando las redes sociales humanas están debilitadas. Convivir con perros o gatos también facilita nuestras relaciones con otras personas: pueden actuar como catalizadores sociales, fomentando más interacciones y actividades entre las personas.
En resumen, convivir con un animal de compañía no solo mejora nuestra salud y bienestar, sino que también refuerza nuestra capacidad para establecer vínculos sociales. Los perros y gatos no solo nos ofrecen su compañía, sino que nos ayudan a vivir una vida más humana y auténtica.
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